Mimo
Una mesa,
dos pocillos y una ausencia,
tan reciente que aún se siente por la puerta de vaivén.
Como un mimo se ha quedado dibujando
con sus manos en el aire,
una historia que no fue.
Hay dos caricias que colgó de la vidriera…
y ese público que espera el final de la función…
Ella pasa
lentamente, pero afuera,
como un sueño que se aleja
sin parar en la estación.
¡Siempre fue igual!
Buscó el amor y en vez de dulce fue sal…
Cambió ternura por dolor, sin pensar,
que se vestía de soledad.
¡Cuánto que amó!
Sin deshojar la margarita siguió…
y en el calvario del asfalto,
crucificada, la flor murió.
Una mesa,
un pocillo y una ausencia,
tan lejana que se afana por borrarse y no volver…
Y ese mimo silencioso y desolado,
su ilusión ha jubilado por la puerta de vaivén.
Ya descolgó de la vidriera las caricias…
porque sabe que se acerca el final de la función…
¡Qué más da, si no fue amiga, no fue nada…
una música abortada, porque nade la escuchó!
Autor(es): Hipólito Torres