
Te solté la rienda
Se me acabó la fuerza de la mano izquierda,
voy a dejarte el mundo para ti solita.
Como al caballo blanco le solté la rienda,
a ti también te suelto y te me vas ahorita.
Y cuando al fin comprendas
que el amor bonito lo tenías conmigo,
vas a extrañar mis besos en los propios brazos
de quien esté contigo.
Vas a sentir que lloras sin poder siquiera
derramar tu llanto y has de querer mirarte
en mis ojos claros que quisiste tanto.
Cuando se quiere a fuerza rebasar la meta
y se abandona todo lo que se ha tenido.
Como tú traes el alma con la rienda suelta
ya crees que el mundo es tuyo
y hasta me das tu olvido.
Se me acabó la fuerza y te solté la rienda.
Autor(es): José Alfredo Jiménez